¿Para que sirve la Historia del Derecho?

14 septiembre 2014

Si voy a ser abogado, juez, fiscal o notario, ¿para que quiero estudiar Historia del Derecho?

Aparentemente podría parecer que el estudio de la Historia del Derecho carece de relevancia en el futuro ejercicio profesional del jurista en formación.   Su estudio sería poco menos que una carga inútil, ya que los conocimientos y hábitos adquiridos solo dotarían al jurista de una patina superficial de conocimiento que en modo alguno influiría  en el  resultado de su  ejercicio profesional.

Sin embargo eso no es así.  Por encima de todo la Historia del Derecho concede al jurista que la conoce el conocimiento de la justificación del derecho, no nos dice, como otras disciplinas, qué derecho se aplica,  si no que nos dice mucho más,  nos dice por qué es ese el derecho aplicable y no otro.

La Historia del Derecho por tanto como dice el profesor Escudero tiene por objeto la Historia de la formulación, aplicación y comentarios del Derecho y la historia de las instituciones sociales reguladas por él.  Por tanto señala el origen del Derecho, como se ha aplicado anteriormente; y ello es importante para entender como se ha de aplicar ahora.

En palabras de D. Francisco Tomás y  Valiente:

“Nuestra disciplina constituye una reflexión sobre lo que el Derecho es. Si se quiere ser un jurista y no un simple conocedor de las normas vigentes para su mecánica aplicación acrítica, hay que pensar a propósito del Derecho”.

Evidentemente el Derecho es un producto de la sociedad. Cada sociedad con sus principios morales, sus valores, su ideología dominante, su sistema productivo produce su propio Derecho, y para conocer el Derecho resultante es importante recordar que es fruto de ese complejo sistema de relaciones que es toda sociedad, y solo conociendo su origen podemos interpretarlo adecuadamente y no se olvide que para aplicar el derecho antes hay que interpretarlo.

Pero es importante recordar que una disciplina no solo debe buscar otorgar al alumno conocimientos y capacidades, sino que debe aspirar a alcanzar objetivos afectivo-volitivos.       En ese sentido también es importante recordar que el método histórico-jurídico es un método crítico, que somete al objeto de estudio es decir “la norma o institución del pasado”, a una disección, a una análisis que pone de manifiesto su origen y justificación iniciales, su evolución, las consecuencias de su aplicación  o vigencia, y a, cómo no a una valoración realizada desde el vigente sistema de valores de nuestro régimen liberal, social y  constitucional, de forma que la práctica de esta metodología predispone al jurista al estudio crítico de la norma o institución del presente, y en muchos casos le predispone a procurar su modificación.

Nos gustaría terminar esta presentación con otras palabras del profesor Tomás y Valiente:

”La contemplación de la escasa autonomía del Derecho y de la variación de los principios sobre los que se ha construido a través de los siglos debe servir de vacuna contra el pecado del dogmatismo y del formalismo que tan tentadoramente acecha al jurista de nuestro tiempo”.